Si alguna vez le has dicho a tu pediatra que tu peque no duerme bien, no come bien o está nervioso lo primero (espero) que te ha preguntado es qué tipo de rutina lleváis en cada momento del día.
Esta pregunta no es aleatoria. Las rutinas en los peques son literalmente la calma del niño.
Un ejemplo de esta importancia son las escuelas infantiles. Los días en una escuela infantil son mecánicos. Puede variar la actividad, el taller o el juego; pero nunca variará la rutina. Cada uno de los miembros del equipo del centro tienen un papel fundamental para que cada día a la hora que toca se coma, se echen la siesta, salgan al patio… Y esto es lo que hace que los días sean todo lo tranquilos que pueden ser con más de 15 niños de menos de cuatro años en un aula (lo de la ratio en las escuelas de España da para un libro).
¿Y por qué son tan importantes? Porque los niños se sienten seguros cuando saben qué va a pasar a continuación además de crear hábitos. De lo contrario, el desorden lleva a la incertidumbre y la inseguridad harán que esté más irascible y manifieste rabietas con mayor frecuencia, llantos, nerviosismo e incluso mal comportamiento.
Llevar siempre el mismo orden de actividades, más o menos a la misma hora hará que tanto bebés como niños más mayores estén más tranquilos, adquieran hábitos de sueño más rápidamente y coman mucho mejor.
Durante los primeros meses la constancia con los espacios en los que hacemos cada cosa e incluso con las palabras que utilizamos a la hora de bañarles, darles de comer, cambiarles el pañal o les vestimos también les ayudará a sentirse más seguros.
Eso sí, tampoco nos tenemos que volver locos ya que una rigidez en estas rutinas hará el efecto contrario. Para el niño es importante saber tanto que el entorno es seguro como aprender a ser flexible y adaptarse a los cambios. Si un día nos quedamos en casa de un amigo o donde los abuelos a dormir y no hay cepillado de dientes, por ejemplo, la flexibilidad les ayudará a estar tranquilos. Una rigidez en el día a día puede hacer que se sientan inseguros ante cualquier cambio por mínimo que sea.
Las tablas de rutinas
Las tablas de rutinas son una herramienta de la Disciplina Positiva, ligada a la pedagogía montessori, que facilita al niño, tanto anteponer las actividades que vienen a continuación como que sigan la rutina establecida.
Pensamos que cuando le decimos a nuestros hijos toca bañarse y se revelan es un signo de rebeldía, pero nada más lejos de la realidad. Los niños viven en el principio de placer, es decir, se quedan con aquello que les provoca placer y la satisfacción de los deseos de forma inmediata. Por lo que si está jugando con sus coches y le dices “vamos a bañarnos” es completamente normal que se enfade. El niño en ese momento, ni entiende, ni le importa que tener una higiene sea bueno para su salud.
De lo contrario, saber que después del juego toca el baño hace mucho más sencillas las cosas y avisarles con tiempo más aún.
En este ejemplo de ir a la bañera, recordar la tabla de rutinas es un aliado ya que es algo visual, un factor súper importante para los más pequeños que facilita que ellos lo entiendan. “¿Ves? después del juego toca baño”. Eso sí, no le digas llevas mucho tiempo jugando o en cinco minutos hay que bañarse porque lamento comunicarte que tampoco tienen percepción del tiempo. Y de nuevo lo visual es nuestro aliado. Usa relojes de arena o cronómetros visuales (no pongas alarmas en el móvil ni pantallas); para que el peque pueda ver lo que le queda de juego. En el caso de estar en el parque, por ejemplo, y no llevar nada encima puedes explicarle que después de tirarse tres veces por el tobogán se irán a casa. Los peques necesitan las explicaciones lo más tangibles (por decir así) posibles.
¿Qué tipo de rutinas puedo establecer?
Dependiendo de la edad del peque, de sus necesidades y, por supuesto, de las de la familia; se pueden hacer rutinas para prácticamente todo (vuelvo a decir que no hay que volverse loco). Incluso se puede hacer una del día completo. Para mi, la más importante en los más pequeños son las rutinas del sueño, es decir, todas las actividades que se van a hacer antes de la hora de dormir. Ya las venden hechas, pero si no te quieres gastar dinero lo mejor es hacerla uno mismo en una cartulina grande o en papel y plastificarla. No se tarda nada.
Cuando son más mayores también puedes crear una rutina para los deberes del cole o para la lectura, el aseo…
Resumen: Anteponer al peque de lo que va a pasar, refuerza con imágenes o herramientas visuales, se flexible y disfruta!